lunes, 28 de abril de 2008

EL BOOM DE LA SALSA

El otoño de 1973 se anunció lo que iba a ser el más grande concierto de Salsa en Nueva York: la presentación de las Estrellas de Fania en el Yankee Stadium. Además actuaban la Típica 73, el Gran Combo de Puerto Rico y Mongo Santamaría. Más de 40.000 espectadores asistieron a la primera parte del concierto que se desarrolló en perfecto orden con la actuación de los grupos invitados ya mencionados. Tras el primer número que interpretaron las Estrellas de Fania se organizó la marimorena, el público invadió el césped, la policía intervino y el concierto se suspendió.
Fania realizó una nueva película que llevó por título "Salsa" que se proyectó en 1976. Del concierto sólo se pudo aprovechar la presentación. La historia que en ella se presentaba pretendía dar una nueva imagen de la Salsa, falseando su historia. Se pretendía sacar la Salsa de su origen hispano-afro-caribeño y su implantación en los barrios de Nueva York, para darle un aire más americano. Con ello pretendían llegar más directamente al público angloamericano que, en cierta manera, rechazaba la Salsa como una música de barrio ajeno al esplendor norteamericano. Se argumentó que el tambor africano llegó directamente a Norteamérica y así nació la Salsa. Ciertamente el intento de falsear la historia tuvo unos resultados positivos a corto plazo y la Salsa sufrió un boom industrial momentáneo conquistando mercados norteamericanos que hasta entonces no habían prestado atención a una música marginal de minorías hispanas inmigrantes con residencia en barrios plagados de repugnante miseria.
En 1974 la Fania publica "Latin, Soul, Rock" grabado por las Estrellas de Fania con el que se quiere conquistar nuevos mercados, como el título del álbum indica. El éxito de Carlos Santana con su rock latino quiso ser aprovechado por la Fania e invitó a músicos de rock y jazz a participar en esta grabación, así entró la batería americana en el mundo de la Salsa. El disco no convenció a nadie, ni latinos ni angloamericanos aceptaron el auténtico pastiche que pretendía dar un aire nuevo a la expresión salsera. El único tema que rompió mercados fue el viejo Son que ya hizo Cheo Feliciano con el sexteto de Joe Cuba titulado "El Ratón", eso sí, con unos arreglos más modernos que incluyen un solo de guitarra eléctrica rocanrolero del mediocre hermano de Carlos Santana. El tema consiguió entrar en las programaciones de emisoras que hasta entonces habían estado cerradas a la Salsa y ello supuso el primer éxito del boom industrial que a partir de ahí viviría la Salsa.
El doble sentido de la letra de "El Ratón" dio lugar a mil especulaciones que crearon un auténtico morbo, sobre el verdadero significado, que Cheo Feliciano se encargaría alimentar con sus explicaciones a medias en las entrevistas realizadas en la época. El coro del montuno "Échale semilla a la maraca pa que suene" se tomaba por una alusión a echar marihuana a algo.
Los rockeros y pseudo intelectuales que se acercaban por primera vez a la doble intención tradicional de la Música Caribeña, especulaban con el ratón y el gato. Para muchos el gato era el pueblo puertorriqueño que se quería liberar y el ratón la policía.
La historia es mucho más sencilla, se trata de un individuo (gato) que sale de farra con una mujer distinta a su esposa (la gata). La moraleja del cuento es la acción de una vieja chismosa (el ratón) que lo descubre todo y se lo cuenta a su esposa, y es que "de cualquier malla sale un ratón, oye". El tema en resumen consigue penetrar los mercados del rock e iniciar el boom de la Salsa. En 1975 la revista Latin New York presenta The Latin NY Music Awards y The New York Times lo recoge proyectando el interes mundial sobre el nuevo sonido llamado Salsa.
En 1975-76 Fania publica dos volúmenes bajo el título "Live at Yankee Stadium" recogiendo en la portada una imagen del concierto realizado en el 73. Izz Sanabria presenta el show de televisión de NY "Salsa".
La música que contenían los discos había sido recogida en diversos recitales realizados en San Juan de Puerto Rico como se indica en sus créditos.
Un fraude que comenzaba a hacer tambalear la credibilidad del sello Fania y que musicalmente daba un giro hacia formulas más tradicionales. Estos discos consagraron definitivamente a Celia Cruz.
En 1976 las Estrellas de la Fania, tras una gira por EEUU, Puerto Rico, Panamá y Venezuela, graban su último disco de Salsa de la d‚cada de los 70 bajo el título "Tributo a Tito Rodríguez" con la participación de un nuevo cantante, el panameño Rubén Blades.
A partir de este momento Fania firma con CBS la producción y distribución de los discos de la Fania All Star en todo el mundo. Esta acción permitiría, supuestamente, invadir el mayoritario público angloamericano y posteriormente el europeo. Lo que los directivos de la Fania consideraron una jugada maestra resultó ser el principio del fin de la Salsa. Se grabaron discos que no consiguieron complacer ni al latino ni al gringo y solamente la inclusión de temas de Rubén Blades, como su "Juan Pachanga", mantenían un mínimo interés. Se organizaron giras que llevaron a la Fania All Star a Europa, África, Sudamárica y Japón, pero el fracaso acabó por imponerse definitivamente. A pesar de los intentos no se consiguió impactar al público europeo y curiosamente en 1990 la Fania All Star hace una gira por España.
Ralph Mercado el actual empresario número uno de la Salsa en Nueva York recompuso la que fue la mejor orquesta del mundo de Salsa y vino a España con un repertorio tradicional de Música Caribeña, abandonando definitivamente los acercamientos al rock y al discomusic que hicieron fracasar el proyecto de los 70. Su sello RMM abarca hoy un gran plantel de solistas y grupos salseros. Cada año, a primeros de septiembre Mercado organiza el Festival de Salsa de Nueva York en el Madison Square Garden

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