domingo, 18 de mayo de 2008

Noche de recuerdos y mucha salsa en los 40 años del Apollo Sound


Roberto Roena celebró los 40 años de su Apollo Sound entre ovaciones, recuerdos y la desesperación de sus seguidores por escuchar buena música.

El concierto arrancó a eso de las 9:15 del viernes, en el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, con un viaje por cada uno de los éxitos de la orquesta de salsa y para este recuento estuvieron presentes cada uno de los vocalistas que prestaron su voz y talento al frente del Apollo Sound.

Después de una emotiva introducción de los músicos al estilo nacionalista y con la monoestrellada de fondo, el bongocero tomó la palabra, sin siquiera haber comenzado los primeros ritmos de la noche.

"Les doy las gracias a todos por estar aquí, que sean una alegría más de mi vida. Antes de comenzar, quisiera que hiciéramos un minuto de silencio por esos grandes maestros que me ayudaron a estar aquí esta noche", dijo, en referencia a los recordados músicos Rafael Cortijo, Ismael Rivera, el compositor Tite Curet Alonso y Jerry Masucci, dueño de La Fania.

Como si la petición no hubiese existido, el público, que no alcanzó a llenar ni la mitad del recinto, comenzó a solicitar música llevando el ritmo de la clave con sus manos.

Sin más remedio, los coristas, entre los que se encontraba el actual cantante, Tempo Alomar, comenzaron a improvisar y fueron presentando uno a uno a los músicos.

Así se fueron abriendo paso, poco a poco, los sonidos de la tumbadora, el timbal, el teclado, las congas, el bajo y el trombón.

Roberto Roena no tocó los bongoces en la primera parte de su fiesta de cumpleaños. Sencillamente dirigió a sus músicos y se entregó a su pasión de adolescente. Así que bailó, bailó y bailó. También habló bastante, lo que provocó en ocasiones la desesperación del público, que optó por gritar en varias ocasiones un "¡Canta!".

Tras la presentación de Elías Lopés, entró el primer cantante de la orquesta, Piro Mantilla, y comenzó con "Tú loco, loco", tema de Tite Curet Alonso. El público se levantó desde que escuchó los primeros acordes.

En estricto orden cronológico, siguió Tito Cruz y trajo al escenario "Las brisas de Borinquen", que fue acompañada por un magistral solo de trompeta de Elías Lopés.

Después de lanzar varias bromas porque nadie puede entenderle cuando habla, invitó a tarima a Sammy González, su segundo cantante. Su "Cui Cui" puso a la mayor parte del público a bailar en los espacios de arena que había disponibles.

Le siguió Papo Sánchez con "Mi desengaño", que fue muy aplaudida y coreada. En este número el sonido tuvo sus fallas con la típica retroalimentación. La situación, sin embargo, pudo ser controlada.

Después que Carlos Santos a interpretó "El progreso", Roberto Roena decidió narrar cómo Roberto Carlos, autor del tema, le agradeció que volviera a pegar el número en la radio. Aún con las bromas que intentó inyectar Elías Lopés al servir de "traductor", el público se volvió a desesperar y empezó a clamar más música.

La entrada de Luisito Carrión para cantar "R más R" fue muy bien acogida y la primera ovación de la noche se la llevó Piro Mantilla, al regresar a escena para cantar "Soñando con Puerto Rico".

El recital incluyo unas 20 canciones.

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